Acudimos a la exposición “Vestir épocoas”

El miércoles 26 de mayo realizamos una visita al Museo de Bellas Artes de A Coruña para ver la exposición “Vestir épocas: 1960-1860” con once de las participantes de los proyectos de Andaina y Acouguiño.

La primera parte de la visita consistió en una presentación en el salón de actos del museo impartida por Mónica, experta en Historia del Arte, en concreto en Historia de la Moda. Nos explicó el origen de las prendas,  las tendencias de cada época y el porqué de cada estilo repasando a la vez parte de la historia de nuestra ciudad, pues los cambios en las tendencias suelen ir acompañados de cambios sociales, nos explica. La colección es propiedad de Ana González Moro, coruñesa perteneciente a una de las familias más acomodadas de la ciudad, familias que disponían de los medios para elaborar y comprar las lujosas prendas que se exhiben.

Los estilos, nos explica Mónica, son diversos según pasan las décadas: vestidos de día para ir a pasear, de cocktail , para ocasiones especiales o para llevar el luto; más largos o más cortos según la sociedad de la época y más o menos atrevidos según las tendencias. Lo que nos quedó claro es que A Coruña marcaba tendencia y una parte de la (alta) sociedad invertía mucho en ropa, llegando a cambiarse de vestimenta hasta 7 veces al día.

Esta realidad contrasta con la que vivimos y viven nuestras participantes: una clase social que puede permitirse hacer ropa a medida para diferentes eventos y otra que lucha por salir adelante en el día a día. Todas caben en la misma ciudad.

La segunda parte de la visita recorrimos el museo en grupos de cuatro, las vestimentas expuestas por las diferentes salas son merecedoras de las fotografías que las participantes tomaron. Las prendas que más les llamaban la atención y los accesorios más excéntricos fueron los mantones de manila,  los sombreros con plumas decorativas, zapatos con ornamentas brillantes, vestidos de terciopelo o seda con cuellos o puños de encaje. Uno de los más exitosos fue un vestido de tul con lentejuelas bordadas de una puesta de largo de una adolescente de 16 años.

Durante  la jornada, las participantes pudieron compartir no sólo impresiones sobre las prendas, sino experiencias vitales, consejos y algunas risas. Fue un momento de distensión, conocerse mejor, compartir gustos y disfrutar de la red de recursos que ofrece la ciudad.